domingo, 6 de diciembre de 2009

Evo Morales ganó las elecciones con amplia ventaja

Según los primeros resultados, el mandatario boliviano alcanzó el 63,2% de los votos, mientras que el derechista Manfred Reyes Villa, obtuvo entre 23% y 25%.
El gobernante boliviano dialogó con la prensa luego de haber emitido su voto esta mañana. (AFP)
El presidente Evo Morales ganó este domingo en primera vuelta la elección boliviana con 61 a 63,2% de los votos, mientras que su más inmediato seguidor, el derechista Manfred Reyes Villa obtuvo 23 a 25%, según sondeos a boca de urna de tres encuestadoras diferentes.
La consultora IPSOS estima que el presidente obtuvo 63,2% contra 24% del derechista Reyes Villa y 7% del empresario centroderechista Samuel Doria Medina.
La encuestadora Mori dio 62% a Morales contra 23% a Reyes Villa y 9% a Doria Medina, y finalmente Captura Consult estimó que el mandatario obtuvo 61% contra 25% de Reyes Villa y 10% de Doria Medina.
Los resultados oficiales completos se conocerán la próxima semana.
http://peru21.pe/noticia/378176/evo-moralesgano-elecciones-amplia-ventaja

lunes, 30 de noviembre de 2009

Elecciones en Uruguay

EL MUNDO › OPINION

Un triunfo importante


 Por Atilio A. Boron
Más allá del necesario debate en torno de los logros y las asignaturas pendientes del primer gobierno del Frente Amplio, el cómodo triunfo de José “Pepe” Mujica en las elecciones de ayer aporta una brisa de aire fresco sobre las democracias latinoamericanas. En primer lugar, porque se derrota sin atenuantes a una derecha radical que soñaba con retornar a los dorados ’90 del Consenso de Washington. Segundo, porque en un continente considerado como el “patio trasero” de la hegemonía imperial y tradicional baluarte de una reacción alimentada por siglos de sujeción colonial, el solo hecho de que un gobierno de izquierda sea ratificado luego de cinco años en el poder constituye de por sí un dato muy alentador. Tercero, porque la voluntad expresada por los orientales marca un límite a la renacida política imperial de convalidar golpes militares y legitimarlos post-festum por la vía de elecciones fraudulentas como las que ayer mismo tuvieron lugar en Honduras. Cuarto, porque ante las preocupantes perspectivas de una derrota de los (excesivamente) moderados gobiernos de centroizquierda en países como Chile y Brasil y su reemplazo por la derecha –pinochetista en el caso de Chile y un tanto más moderada en Brasil–, la continuidad del Frente Amplio en el poder contribuye a sostener un espacio de diálogos y acuerdos con gobiernos como los de Venezuela, Bolivia y Ecuador, empeñados en procesos de cambio mucho más profundos y resistidos por el imperio. Son cuatro buenas razones para celebrar las noticias que llegan a través del Río de la Plata.
No obstante, convendría evitar la desmesura en la celebración. Algunos avances sociales producidos bajo el gobierno de Tabaré Vázquez son incuestionables: negociación salarial, reformas en el sector salud y en la educación, moderados logros en el combate a la pobreza. No son poca cosa, sobre todo cuando se los mira desde esta orilla. Pero los déficit no son menos importantes: el modelo de crecimiento sigue siendo de inspiración neoliberal y gira en torno de la exportación de pulpa de papel y soja, dos actividades profundamente predatorias del medio ambiente y destinadas a generar gravísimos problemas de sustentabilidad a largo plazo. Al igual que en la Argentina, la extranjerización de la tierra avanzó de la mano del agronegocio, agudizando la dependencia externa, el monocultivo y el éxodo rural. En otras cuestiones, la derrota sufrida en el plebiscito en que se proponía anular la Ley de Caducidad (que consagra la impunidad de los crímenes de Estado cometidos por la dictadura) y el solipsista veto de Tabaré Vázquez a la ley que despenalizaba el aborto (apoyada por los 69 legisladores de izquierda que en el Senado y en Diputados y rechazada por blancos y colorados) dejan abiertos importantes flancos que seguramente serán aprovechados por la derecha para su fortalecimiento político, cosa que será sin duda muy negativa para la implementación de la renovada agenda de reformas sociales que muchos uruguayos esperan de Mujica. No serán pocos los obstáculos a vencer, el menor de los cuales no habrá de ser la resistencia de un sector del FA que ha sido ganada por la prédica neoliberal. Max Weber dijo que sólo se consigue lo posible si se insiste en lograr lo imposible una y otra vez. Se requiere, eso sí, una buena dosis de voluntad política. El tiempo dirá si Mujica la posee.

  

viernes, 20 de noviembre de 2009

Perspectiva del socialismo en América Latina

Ricardo Romero
Política Latinoamericana UBA
 

 El siglo XXI comenzó con el devenir de una serie de gobiernos que trataban de reconstruir un proyecto progresista luego del aluvión neoliberal en América Latina, que desplegó un proceso de privatizaciones, flexibilización laboral, apertura económica y financiarización de las economías, dejando verdaderamente subsumida a la población a los vaivenes del mercado y a la condena de la exclusión.
Algunos intentan negar el giro a centroizquierda del continente, sin embargo no comprenden que los nuevos gobiernos están reorientando la región luego de un reordenamiento estructural de las economías latinoamericanas. Por lo que estas experiencias representan una oleada de aire fresco en las polítcas de la región. En este sentido, generar estrategias que redefinan las políticas mercantilistas y privatistas y la reorientación del accionar del Estado respecto a la distribución y generación del ingreso forman parte de un paso hacia un nuevo modelo.

Un dato interesante del despliegue neoliberal en América Latina, es que reordenó los esquemas políticos y permitió la irrupción de nuevas coaliciones, en su mayoría con encabezamientos de partidos de izquierda, incluso con construcciones y articulaciones de larga data. Sin embargo, llegan al gobierno condicionados por el poder de los grupos dominantes que condicionan sus políticas. En este sentido, a veces estan prisionres de las estructuras neoliberales heredadas, a lo que se le suman las condiciones del mercado mundial.

En este marco, podemos encontrar como tres escenarios que enfrentan las fuerzas políticas en la región, uno caracterizado por la llegada al gobierno desplazando a los partidos tradicionales; en cambio, otra configuración se produce con la desestructuración del sistema político; y en último caso, con una nueva configuración partidaria.

El primer escenario lo encontramos en la mayoría de los países del Cono Sur, sumado Brasil. donde si bien el PT como nueva mayoría política o el FPV como reordenamiento del peronismo, reorientan las políticas de desarrollo, están limitados a éstos condicionantes estructurales. Lo mismo sucede con aquellos países que dependientes de sus relaciones comerciales con los países vecinos, como Uruguay y Paraguay, o incluso Chile.
El segundo escenario se presenta en la zona andina, sumado VEnezuela, donde el esquema de partidos se desplomó y se reconfiguraron a partir del surgimiento de nuevos liderazgos políticos, comenzó con Fujimori en Perú, luego Chávez en Venezuela, y ni que hablar de los vaivenes de Bolivia y Ecuador que parecen mantenerse tensos con el arribo de Evo Morales y Rafael Correa. Contra puestos a los casos del Cono Sur, la región andina presenta un alto grado de confrontación política.
Respecto al tercer escenario, colocaría a centroamérica en esta situación, donde desde Colombia hasta México, los cambios parecen ser milimétricos, aunque surgen nuevos experiencias con el FSLN en Nicaragua, el FFMLN en El Salvador y la UNE en Guatemala. La mayoría de éstos países enfrentan la doble dificultad de encontrar un equilibrio interno con fuertes enfrentamientos, incluso armados, que debilitan el esquema institucional. Comparativamente con el resto de América Latina, es la región con menor capacidad de producir grandes cambios para el centro izquierda.
Los escenarios pueden resultar más complejos, sin embargo ese esquema simple permite reflexionar sobre los avances de construcción de las propuestas de cambio en América Latina. Sintetizando en que si bien en la actualidad nos encontramos con el mejor escenario electoral de la izquierda latinoamericana, vemos que el sueño de un socialismo en el continente se encuentra por ahora lejano, sin embargo comprender la situación nos permite contribuir a reorganizar la fuerza social y potenciar los proyectos que nos permitan alcanzar esa sociedad más justa e igualitaria, porque como nos decía Salvador Allende, no se detienen los procesos sociales.